No debemos
darles a nuestras palomas cualquier cosa que a alguien se le ocurra recomendar.
También es verdad que todavía nadie tiene la solución mágica en sus manos.Por
ello se recurre a la ciencia que es la única que al lanzar una
recomendación se tiene que tener en cuenta.
En la actualidad ya es común en muchos palomares el uso de probióticos en general. La razón de esto hay que buscarla en el amplio abanico de ventajas que ofrece su uso.
En la actualidad ya es común en muchos palomares el uso de probióticos en general. La razón de esto hay que buscarla en el amplio abanico de ventajas que ofrece su uso.
Existen aún pocos estudios científicos sobre el uso de estos productos, estando realizados la mayoría de estos trabajos sobre aves de granja. No obstante, muchas de las conclusiones obtenidas en estas investigaciones pueden aplicarse perfectamente a las palomas.
Cuando nacen
los pichones, su intestino prácticamente está estéril, desarrollándose
su flora intestinal durante las primeras semanas de vida. Esta flora autóctona
es específica y está determinada por las condiciones físicas y químicas
existentes en su aparato digestivo.
Son muchas
las formas en que pueden llegar los microorganismos peligrosos al intestino de
las aves; a través del agua o de la comida o a través del acicalamiento de las
plumas. Cuando un ave alimenta a otra, o bien sustancias que fueron
inhaladas luego tosidas y finalmente tragadas.
Sin embargo,
el aparato digestivo dispone de una serie de mecanismos de defensa que impiden
que estos microorganismos perjudiciales se instalen aquí y produzcan
enfermedad:
- En el proventrículo (estómago glandular) existen unas condiciones muy ácidas (pH 2) que destruyen la mayoría de las bacterias y los virus.
- Producción de sustancias por parte del hígado (ácidos biliares) y páncreas (enzimas pancreáticas) vertidas al tubo digestivo, pudiendo destruir allí a ciertos virus.
- Elaboración de un mucus por las células especializadas que cubre las paredes internas del aparato digestivo, impidiendo la adhesión de bacterias perjudiciales.
- Producción de anticuerpos que van a inutilizar a virus y bacterias peligrosas.
- Presencia de una flora intestinal (bacterias, levaduras y protozoos) que compite con los microorganismos no deseados. Cuando la flora normal es destruida o debilitada por el uso indiscriminado de antibióticos es el momento en el que los gérmenes oportunistas que normalmente infectan a un ave sana empiezan a multiplicarse de forma rápida, originando enfermedad en el animal.
Por ejemplo,
es normal que las aves que estén recibiendo antibióticos como las
tetraciclinas desarrollen infecciones secundarias por hongos (micosis); esto ocurre porque las
tetraciclinas destruyen las bacterias que mantenían a raya a los hongos,
pudiendo éstos crecer ahora sin obstáculo alguno.
Si con la
administración de probióticos conseguimos mantener una flora intestinal en
equilibrio evitaremos problemas tan frecuentes en las aves como son las
diarreas.
Pero ¿cual es el probiótico ideal?
Las
características que debe reunir son las siguientes:
- Que aporte unos microorganismos idénticos a la flora intestinal normal de esa especie en concreto. Esto resulta prácticamente imposible, ya que una paloma no tiene la misma flora digestiva que un jilguero. Incluso una paloma silvestre tiene diferentes microorganismos que una paloma nacida en cautividad.
A pesar de
esto la flora digestiva aportada por los probióticos comercializados resulta
útil.
- Otra característica importante es que no resulte dañino ni productor de sustancias tóxicas.
- Los microorganismos que los componen deben de adherirse fácilmente a la pared intestinal y crecer rápidamente.
La flora
digestiva aportada beneficia a las aves de diferentes formas:
- Produciendo ácido láctico. Los lactobacilos son bacterias que pueden transformar la lactosa en ácido láctico, consiguiéndose así tal acidez en el tubo digestivo que se le hace la vida imposible a ciertas bacterias dañinas.
- Elaborando vitaminas, beneficiosas y necesarias para el ave.
- Produciendo sustancias (ejemplo: acidolinas) que atacan a las bacterias perjudiciales.
- Fabricando enzimas que ayudan a la digestión.
- Por la simple presencia física: evitan que su lugar sea ocupado por microorganismos no deseados.
¿Cuál es la composición de los Probióticos?
Son muchas
las bacterias y levaduras que se pueden usar de forma beneficiosa para mantener
una flora digestiva sana y en equilibrio.
Los
microorganismos más usados son los siguientes:
Lactobacillus
sp Sreptococcus faecium Bacillus subtilis Bacillus cereus Bacillus
licheniformis Bacillus t Sacharomyces cerevisiae.
Los lactobacilos
son quizás los más conocidos por los avicultores, por lo que haré más hincapié
en ellos. Se trata de bacterias que pueden transformar la lactosa en ácido
láctico. Este aumento de ácido láctico hace disminuir el pH intestinal a unos
niveles tan bajos que se hace imposible la supervivencia de microorganismos tan
peligrosos corno :
E. coli
Pseudomonas SP., Proteus sp., Salmonella sp. y Stafilococus sp.
Los
lactobacilos crecen rápidamente en el intestino, siendo los más utilizados:
Lactobacillus bulgaricus, Lactobacillus bífidu y Lactobacillus acid Este último
es capaz de fabricar vitaminas del grupo B.
Son también
productores de peróxido de Hidrógeno, una sustancia que impide el crecimiento
de ciertas bacterias (anaerobias).
Las
levaduras también forman parte de los probióticos. Son utilizadas por su poder fermentativo
(producen ácido láctico) y por su riqueza en vitaminas del grupo B y enzimas
que ayudan al proceso de la digestión. Las más usadas son Sacharornyc S
cerevisiae y Sacharomyces fragilis.
En
condiciones de normalidad toda la flora intestinal permanece en un estado de
equilibrio dinámico, es decir, que aunque esté sometida a constantes cambios se
equilibra finalmente, siempre y cuando no se den situaciones muy estresantes.
El estrés puede provocar cambios que llegan a
persistir hasta 2 o 3 semanas después de haber finalizado la causa que los
produjo.
Estudios
realizados en gallinas mostraron que aquellos ejemplares mantenidos a 23 grados
Centígrados no experimentaron cambios en la cantidad de lactobacilos presentes
en su intestino. Sin embargo, aquellas aves sometidas a temperaturas tan altas
como 43 grados Centígrados manifestaban modificaciones en su flora digestiva.
Durante estos
años de clínica aviar he usado y uso con bastante frecuencia probióticos en
pacientes que están recibiendo tratamientos antibióticos o que padecen de
problemas digestivos.
Los
probióticos no curan por sí solos las enfermedades, pero ayudan a que las aves
se recuperen antes y, lo más
importante, previenen muchos trastornos intestinales.
Su
aplicación es sencilla, bien en la comida (pasta) o en el agua de bebida.
Aconsejable en momentos de estrés: muda, cría, viajes, enfermedad, etc.,
Texto: Enrique Moreno Ortega - Veterinario
Texto: Enrique Moreno Ortega - Veterinario